viernes, 18 de marzo de 2011

La insensatez de poner a Dios a un lado en lo que hacemos

Reflexiones sobre Santiago 4:13-17


Los cristianos debemos tomar en cuenta a Dios en todo lo que hacemos.

Con el texto de Santiago 4:13-17, Santiago exhortó a sus lectores para que rectificaran la conducta equivocada que llevaban y tomaran en cuenta a Dios en los planes de la vida. Con este propósito les advirtió sobre las limitaciones humanas que los obligaban a tomar en cuenta a Dios en sus planes y la conducta pecaminosa que tenían al no incluir a Dios en sus planes y proyectos. Ellos sabían bien que lo que debían hacer, pero no lo hacían. En los vv. 13 y 14, Santiago habla sobre la insensatez de confiar en sí mismo y no tomar en cuenta a Dios al hacer planes para la vida. En los vv. 15 y 16 se ofrecen las directrices para la vida, mediante una perspectiva correcta de la relación con Dios que exigía corrección de la conducta jactanciosa. El v. 17 dicta el veredicto final sobre la conducta jactanciosa: Al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.
Algunos de los lectores de Santiago estaban haciendo planes para su vida sin tomar en cuenta a Dios. Santiago los alerta sobre esto y les dice que dejen la arrogancia, pues no solamente desconocen el futuro, sino que su vida es temporal. Les recuerda que estaban haciendo muy mal al ignorar a Dios y estaban cometiendo pecado por cuanto sabían lo que Dios quería y no lo hacían.

¿Cuál es el contexto de Santiago 4:13-17?

Santiago escribió su carta a una comunidad en la cual se agudizaban ciertos conflictos entre las personas y era necesario buscar respuesta a esta situación. Seguramente estos conflictos eran agudizados por la mala conducta de algunas personas entre ellos. Estaban los que hablaban mal de sus hermanos, los que se jactaban de sus proyectos personas y los que explotaban a los demás. En 4:11 y 12 Santiago se dirigió a los que hablaban mal de sus hermanos. Ahora, en los vv. 13-17, se dirige a otro grupo causante de conflictos en la iglesia: los que, apoyados en su soberbia, se jactaban de sus proyectos personales sin tomar en cuenta a Dios. Se dirigió específicamente a los que hacían negocios sin tomar en cuenta los principios de ética cristiana y les advirtió que era pecado saber hacer lo bueno y no hacerlo (v. 17).

¿Cómo está estructurado el texto de Santiago 4:13-17?

El texto indica que un grupo de los lectores de Santiago estaba haciendo planes para su vida sin tomar en cuenta a Dios. Santiago los alertó sobre esto y les dijo que dejaran de ser arrogantes, no sólo porque ellos desconocían el futuro sino porque su vida era muy vulnerable. Les recordó que con esa actitud estaban cometiendo pecado, por cuanto sabían lo que Dios quería y no lo hacían. Así que, comete pecado todo el sabe hacer el bien y no lo hace.

Parece, entonces, que un bosquejo de Santiago 4:13-17 puede ser el siguiente:

Los creyentes debían tener en cuenta a Dios en lo que hacían.

1. Era una insensatez pretender vivir como si Dios existiera (vv. 13, 14)
1.1. Los creyentes debían prestar mucha atención a lo que Santiago quería decirles (v. 13)
1.2. Los creyentes debían depender de Dios en sus planes porque la vida en este mundo es incierta (v. 14a).
1.3. Los creyentes debían depender de Dios en sus planes porque la vida en este mundo es temporal (pasajera) (v. 14b).
2. Era necesario corregir la conducta jactanciosa para depender de Dios (vv. 15, 16)
2.1. Ellos se jactaban de sus propios planes (v. 16a).
2.2. La actitud jactanciosa de ellos era pecado (v. 16b)

3. Ellos sabían que debían depender de Dios en sus planes, pero no lo hacían (v. 17) Estaba cometiendo pecado.


¿Cuáles asuntos se presentan en Santiago 4:13-17?

Hay básicamente tres asuntos que Santiago quiere comunicar a sus lectores.

1. Es bastante claro en el texto que Santiago exhorta a sus lectores para que rectifiquen la conducta equivocada que estaban llevando. La llamada de atención con la cual introduce el texto en el v. 13 y la propuesta en el v. 15, así lo sugieren. Ellos debían depender de Dios al hacer los planes de la vida. Esto exigía una actitud de humildad y sujeción a Dios (comp. 4:7-10).

2. Para apoyar su exhortación de tomar en cuenta a Dios en los planes de la vida, Santiago les presenta dos razones para que cambiaran su actitud: la incapacidad que tenían para conocer el futuro y el carácter temporal y transitorio de sus vidas. Así que, las limitaciones humanas los obligaban a depender de Dios al hacer sus planes.

3. Los lectores de Santiago se presentaban arrogantes al jactarse de sus planes y proyectos para la vida sin tomar en cuenta a Dios. Pero este era un camino equivocado que debían corregir. Ellos sabían lo que era bueno, pero no lo hacían; sabían que debían depender de Dios al hacer sus planes y proyectos, pero no lo hacían. Así que, estaban cometiendo el pecado de no depender de Dios al hacer los planes y proyectos de su vida.

¿Como se desarrollan los asuntos presentados en Santiago 4:13-17?

Las personas a las cuales se dirigió Santiago estaban actuando muy mal. No tomaban en cuenta a Dios en sus planes y negocios de la vida y se jactaban de su autosuficiencia.[1] El consejo del apóstol es que asuman un estilo de vida correcto como seguidores de Jesucristo. Con la expresión: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello, les indica que debían asumir el compromiso de escuchar y obedecer lo que Dios decía en su Palabra, en vez de seguir según los criterios puramente humanos.

En el v. 13 se presenta el asunto de la excesiva confianza en sí mismo. Santiago cita lo que al parecer era un dicho común de las personas que se olvidaban de Dios y pretendían labrar por sí mismo su propio destino. Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: “Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.” (v. 13). Tal proceder, era una necedad. Este pensamiento no solamente expresaba excesiva confianza en sí mismos (sobre estimación), sino que reflejaba un estilo de vida equivocado y eminentemente materialista de la vida: haremos negocios y ganaremos dinero. Tal vez Santiago estaba pensando en lo que dijo en 4:3: piden mal para gastar en deleites. Pero en este caso, ni siquiera piden, sino que se lanzan por sí mismos a su propio proyecto sin tomar en cuenta a Dios. El contexto inmediato indica que Santiago no está en contra de hacer negocios y provisiones para la vida, sino que esto debe hacerse en consulta con el Señor (v. 15).[2]

El v. 14 presenta dos asuntos para responder a la arrogancia humana manifestada en la excesiva confianza en si mismo. Santiago habla tanto de la limitación humana para conocer el futuro, como la naturaleza y el carácter temporal de la vida. Santiago no solamente afirma que ningún ser humano conoce realmente el futuro, sino que la vida misma es corta y demasiado frágil: ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. ¡Sólo Dios es dueño del futuro y ellos lo sabían! Por tanto, quien hiciera planes sin tener presente esta verdad era un necio. La seguridad de la vida no está en la realización de proyectos humanos, sino en la dependencia de Dios que tiene el control de todo.

En los vv. 15 y 16 Santiago presenta las directrices que se deben seguir en la vida cristiana. Presenta dos asuntos que debían tener presente aquellos que comprendían que sólo Dios podía darles seguridad para conducir sus vidas conforme a la sabiduría de lo alto. Primero, debían tomar en cuenta los designios de Dios en lo que concierne a los logros de la vida: Más bien, debieran decir: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (v. 15). Segundo, debían reconocer que era un pecado confiar en sus capacidades sin tomar en cuenta a Dios: Toda esta jactancia es mala (v. 16b).

El v. 17 presenta una conclusión para todo lo que ha dicho referente a la idea de querer vivir como si Dios no existiera, cuando en realidad no es posible negar tal verdad. Santiago dice que saber y no actuar conforme a ese conocimiento es pecar deliberadamente.[3] Pecado es hacer lo malo, pero también es pecado saber hacer lo bueno y no hacerlo. De un modo directo, Santiago habla del pecado de omisión: saber hacer y no hacer. La conclusión es que si una persona sabe que algo es malo y continúa haciéndolo, peca deliberadamente. Si persistían en el hábito de confiar en ellos mismos, tratando de disponer de sus vidas conforme a sus propios criterios, estaban cometiendo pecado. El verdadero sentido de la vida cristiana no está en saber las verdades del evangelio, sino en vivir conforme a ellas. Hacer lo contrario es caer en el terreno de la insensatez de la vida y quedar bajo culpabilidad delante de Dios.

El estilo de vida que pone a un lado a Dios es equivocado, es una conducta pecaminosa. Con la declaración: Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías, les plantea el verdadero problema: la presunción innata del ser humano de aparentar más de lo que en realidad es, la presunción de creer que por sí solo tiene control de la vida. Santiago declara que: toda jactancia es pecado. Quien asume esta conducta, toma un rumbo equivocado. La vida es jactanciosa cuando el ser humano pone a un lado a Dios y confía en sus propias fuerzas, posiciones y capacidades. ¡De cuántas faltas somos culpables los cristianos!

¿Cuáles son los principios que se derivan de Santiago 4:13-17?

1. Los cristianos debemos depender de Dios en todo lo que hacemos en la vida. Todo hombre o mujer que tome en serio su cristianismo hoy deberá tener presentes los planteamientos de Santiago en este texto; de lo contrario, no solamente se enfrentará con la verdad que Dios es quien decide sobre la vida, sino que será atrapado por un mundo materialista cada vez más exigente y dominante. ¿Pero que podemos hacer para depender Dios al hacer planes en nuestra vida? Debemos pedirle a Dios que nos ayude a comprender bien su Palabra, pues ella es la guía para nuestra vida. La carta de Santiago fue la Palabra de Dios para los lectores originales y lo es también para nosotros hoy. Pero hoy tenemos no sólo la carta de Santiago, sino los sesenta y seis libros que componen la Biblia. Es nuestro deber examinar las Escrituras para conocer lo que Dios quiere para nuestra vida, a fin de que vivamos como él quiere. Si queremos depender de Dios, debemos escuchar lo que él dice.

2. Los cristianos debemos reconocer que tenemos limitaciones (imperfecciones) humanas y por tanto debemos depender de Dios en lo que hacemos. Cuando Santiago escribió su carta, les dio a sus lectores dos indicadores de las limitaciones que tenían. Les dijo que no tenían la capacidad para conocer el futuro y les dijo también que su vida era demasiado vulnerable, pasaba con demasiada rapidez. No hay duda, necesitamos depender de Dios en nuestra vida diaria. Sólo en Él hay esperanza y seguridad. Por otra parte, nada tenemos que no hayamos recibido del Señor, pues Él es quien nos concede el don de la vida.[4] ¡Con cuánta frecuencia los seres humanos se atribuyen para sí los logros en la vida, pero culpan a otros de sus fracasos! ¡El colmo es que hay quienes, en su arrogancia, culpan también a Dios de sus fracasos! En realidad, nada somos sin Dios. Por lo tanto, la mejor decisión que podemos tomar es dejar que él guíe nuestros pasos. ¿Cómo podemos hacer esto? Dios nos guía hoy a través de su Palabra, si estamos dispuestos a obedecerla. Dios puede hablarnos directamente a través de su Palabra, o indirectamente a través de nuestros hermanos en la fe que han comprendido y asumido la Palabra de Dios.

3. Los cristianos debemos reconocer que cometemos pecado al no depender de Dios en los planes y proyectos de nuestra vida. Todo ser humano piensa en Dios cuando está en apuros, pero no todos piensan en él cuando planifican su vida. Con frecuencia el ser humano se jacta de sus capacidades y pretende enrumbar su vida sin Dios. Desde el Edén, el ser humano ha pretendido vivir como si Dios no existiera; pero lo único que ha logrado es quedar al descubierto delante de Él. Desde el principio, Dios dio las instrucciones para que el ser humano se mantuviera en buena relación con Él y experimentara el verdadero sentido de la vida. Pero la desobediencia humana destruyó la buena relación y la vida misma, para dar con consecuencia la muerte. Por la Palabra de Dios, los seres humanos saben que necesitan a Dios en la vida; pero los proyectos egoístas deshonestos no le permiten incluirlo a Él. Santiago les habló a los cristianos que estaban siendo atrapados por la corriente del mundo y les recordó que ellos sabían bien que no debían llevar ese estilo de vida. Les advirtió de ese pecado y los llamó al arrepentimiento.

¿Cómo pueden aplicarse los principios de Santiago 4:13-17?

1. El estilo de vida reflejado en el pensamiento de Santiago es también el pensamiento dominante en la sociedad contemporánea: negocios y producción y más negocios sobre la base del desarrollo del potencial humano. El sistema del mundo materialista en el cual vivimos influye sutilmente en nuestra manera de pensar y de vivir. Fácilmente una persona puede dejarse influir por el pensamiento que las personas valen según lo que compran, lo que consumen o lo que tienen. ¡Esa es la sociedad materialista! En el afán de tener cosas para consumir, las personas se olvidan de Dios y la ética cristiana y recurren a maneras ilícitas de obtener las cosas. Los cristianos debemos reflexionar y evaluar nuestra conducta respecto a nuestra relación con este sistema mundano y alejado de Dios. ¿Acaso los cristianos también nos alejamos de Dios? No sólo debemos reflexionar sobre el para qué de las cosas que obtenernos, sino cómo las obtenemos. Tal vez las preguntas fundamentales que usted debe responder son estas: ¿Dependo de Dios al hacer los planes y proyectos de mi vida? ¿Qué cosas evidencian que yo dependo de Dios al hacer planes en mi vida? Escriba un breve comentario al respecto. Haga oración al Señor sobre la base de lo que escribió.

2. Para Santiago, la prioridad era que sus lectores tomaran en cuenta a Dios y dependieran de Él en su vida. Les dijo que hicieran esto, porque ellos en verdad desconocían el futuro y porque su vida era muy vulnerable, hoy es y mañana ya no es. Esas también son limitaciones nuestras por las cuales debemos tomar en serio el mensaje de Santiago. Claro no es tan fácil depender de Dios siempre en nuestra vida. Tenemos una lucha terrible contra el sistema del mundo que nos invita a seguir nuestros propios proyectos. Los cristianos sabemos que sin Dios nuestra vida no tiene futuro. Sólo Dios puede darnos seguridad. Cuando comprendemos esta verdad, entonces podemos enfrentar con éxito los problemas del orgullo, la codicia, la envidia y la avaricia que tanto nos asechan en el día de hoy. Debemos reflexionar sobre la vida. ¡Cuán incierta es! ¡Cuán corta es! ¿No es mejor buscar la dirección de Dios para nuestra vida diaria en lo que hacemos? Reflexione sobre su propia vida: ¿Qué evidencias hay de que usted busca la dirección de Dios para los pasos de su vida diaria? Haga unos comentarios al respecto. Haga oración al Señor respecto a lo que escribió, sea para darle gracias o para pedirle su ayuda.

3. Los cristianos sabemos que la Biblia dice la Verdad. Hay quienes se jactan de conocer la doctrina bíblica, pero su conducta refleja incoherencia con la doctrina. Ciertamente, los cristianos sabemos lo que es bueno y lo que es malo. Nuestro deber es vivir según ese conocimiento. Santiago dijo que era un pecado conocer la verdad y no vivir conforme a ella. Quizás en esto hemos sido culpables todos. Pero no todo está perdido, hay esperanza; es posible reconocer el error y rectificar la vida. Vale la pena reflexionar acerca de las siguientes preguntas: ¿En realidad está Dios en mis planes, está en el desarrollo de mi vida? Por ejemplo, ¿Qué lugar ocupa Dios en mi hogar, en mi familia, en mi relación de pareja? ¿En qué sentido o en qué aspectos sería mi vida diferente si verdaderamente Dios ocupara el primer lugar en ella? Escriba unos comentarios sobre estas preguntas y haga oración que Dios lo ayude a mejorar su vida de relación con Él.


[1]La jactancia tiene que ver con esa persona que presume tener lo que no tiene o hacer lo que no puede hacer.
[2]Hay diferencia entre hacer nuestros planes personales para la vida y después orar para pedir la bendición de Dios sobre ellos, y orar al Señor para pedirle que nos indique lo que debemos hacer con respecto a los planes para la vida o para saber qué hacer ante tal o cual situación
[3] Los teólogos han hablado tanto del pecado de comisión como del pecado de omisión.
[4]Con frecuencia somos mal agradecidos y actuamos como si todo dependiera de nosotros mismos. Pablo atacó el problema de la jactancia cuando escribió a los hermanos en Corinto (1 Corintios 4:7).

14 comentarios:

  1. Hacer Planes sin Dios, este articulo es excelente, Dios bendiga a su autor y le siga usando en el servicio de nuestro salvador.

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    1. Hermano Augusto, gracias por tu comentario. Te invito a visitar nuestro sitio web: www.estudiosDCB.org

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    2. Amén excelente artículo Dios lo bendiga

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  3. Excelente y muy completo comentario. Dios bendiga su vida y ministerio.

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  4. Excelente reflexion el señor Jesús bendiga su vida, y le siga dando cada día más sabiduria.

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  5. Es de gran bendición poder comprender más a profundidad acerca de esta porción biblica y sobre todo aplicarla a nuestra vida actual. Dios siga guiando su vida y sea de gran bendición para otros.

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  6. Excelente explicación de bendición

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  7. Excelente explicación para el texto de Santiago muchas gracias!!

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  8. Este articulo me es más explicito que otros que eh visto. Muchas gracias por esta explicación a los dudas. Ya comprendí mejor este pasaje de la Biblia. Dios los bendiga. Saludos desde Chicago IL. Bendiciones.

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  9. AMEN, a DIOS sea la GLORIA . Mi hermano excelente explicacion, logre entender perfectamente este versiculo. Que nuestro SEÑOR,aumente en usted su SABIDURIA,DIOS le BENDIGA en gran manera.

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  10. Dios Bendiga. Excelente trabajo agradezco a Dios y a las personas que desarrollan estas enseñanzas

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  11. Qué nuestro señor Jesucristo los colme de muchas bendiciones y muchas gracias por esta enseñanza

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  12. Gloria a Dios por su Palabra, que es cómo espada de dos filos, penetra y discierne nuestros pensamientos y emociones, gracias por compartir por gracia.

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