miércoles, 12 de enero de 2011

Reflexiones:La certeza de nuestra salvación

¡El encuentro con Jesucristo afecta radicalmente la vida humana!
1 Juan 1:1-4

1Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida. 2Esta vida se manifestó. Nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que se nos ha manifestado. 3Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa.
 (NVI)


Por medio de Jesucristo, Dios se ha hecho presente para darnos la vida y para que experimentemos de nuevo la buena relación con el Él. Como consecuencia de esta relación, los cristianos experimentamos también buena relación con nuestro prójimo (nuestros hermanos). Juan habla con autoridad. Su experiencia de haber visto, oído y contemplado (palpado) a aquél que vivió, murió y resucitó, lo califica para anunciar este mensaje. ¡Su vida había cambiado radicalmente!

De una manera sencilla y descriptiva, con un contenido profundo, Juan expresa la esencia del evangelio: Dios se ha acercado a los seres humanos por medio de Jesucristo para darnos la vida eterna. En el primer párrafo de su carta, presenta la propuesta básica de su mensaje y declara su firme propósito de hacer a otros partícipes de lo que él ha experimentado.

La vida, muerte y resurrección de Cristo es el centro del evangelio. El testimonio de nuestra fe se basa tanto en el hecho histórico de la vida, muerte y resurrección de Cristo, como en la experiencia de un encuentro personal con él que nos coloca en buena relación con Dios y con nuestros hermanos. ¡Una relación vertical y horizontal en armonía!

El texto de 1 Juan 1:1-4 presenta tres conceptos básicos: el primero tiene que ver con el carácter confiable del mensaje que proclamaron los apóstoles; el segundo se refiere a la naturaleza del mensaje apostólico; y el tercero se refiere al propósito de la proclamación apostólica. Por lo tanto, el mensaje del texto puede desarrollarse mediante las siguientes propuestas:
1. El mensaje del evangelio es digno de toda confianza (v. 1).
2. El evangelio proclama un mensaje de vida que está al alcance de todos los seres humanos (v. 2).
3. El evangelio proclama un mensaje que afecta profundamente a las relaciones humanas (vv. 3bc, 4).

La propuesta de del apóstol Juan es que Cristo vivió realmente como un ser humano entre los humanos para devolverles la vida. Cinco frases acompañan el anuncio de Juan respecto a la vida que fue manifestada en Jesucristo: lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es vida (v. 1). Con estas declaraciones, afirma que el evangelio tiene un mensaje verdadero que traspasa las fronteras del espacio y el tiempo, que tiene un fundamento histórico conocido, que puede ser experimentado y debe ser anunciado a todos los seres humanos, para que encuentren el significado de la vida verdadera.

1. El evangelio de Jesucristo es digno de toda confianza
En el evangelio no hay espacio para la sospecha. El mensaje central es que Jesucristo vino a este mundo en cuerpo humano y se identificó plenamente con los seres humanos. La encarnación de Jesucristo es un hecho histórico real que no ha podido ser desmentido. Los relatos bíblicos dan fe de su nacimiento, vida, muerte y resurrección, como la base de nuestra salvación. El mensaje central del evangelio es la vida eterna por medio del sacrificio de Jesucristo. En el evangelio tenemos, entonces, el don de la vida y el deber de vivirla y proclamarla a plenitud.

El mensaje dado por los primeros cristianos es veraz y digno de toda confianza. Basados en Jesús, venido en cuerpo humano, los primeros cristianos proclamaron un mensaje de esperanza, la reconciliación con Dios era posible. Su mensaje estaba respaldado no sólo por el hecho histórico del nacimiento, vida, muerte y resurrección de Jesucristo, sino por la experiencia personal de la nueva vida de quienes habían tenido un encuentro real y transformador por la fe en él. Ese es el mensaje y el anuncio que debemos dar al mundo de hoy.

2. El evangelio de Jesucristo debe ser anunciado a todos los seres humanos.
a) ¡Todos amamos la vida! Jesucristo vino para darnos vida abundante. Por eso, el evangelio debe ser expuesto con claridad para que los creyentes sean reafirmados y fortalecidos en la fe: El evangelio llama a los creyentes a la fidelidad y la solidaridad, a la buena relación con Dios y con los hermanos.

b) El evangelio también debe ser anunciado para que los que todavía no han creído crean y tengan vida: El evangelio llama a todos al arrepentimiento, a volverse a Dios. Es nuestro deber, proclamar el evangelio con palabras y hechos en la vida diaria.

3. El evangelio de Jesucristo produce un cambio radical para buena relación con Dios y con nuestros semejantes.
La experiencia de encuentro personal con Jesucristo afecta profundamente a los seres humanos y sus relaciones con Dios y con sus semejantes. La buena relación con Dios se muestra en la obediencia a su Palabra y el amor a los hermanos.

En Jesucristo, las relaciones personales cambian tanto entre los que le siguen como hacia los que todavía no lo siguen. Los cristianos debemos mostrar la fraternidad en la comunidad de fe. Si la fraternidad no ocurre, su cristianismo es sospechoso. Los cristianos anunciamos las buenas nuevas del evangelio a los hombres y mujeres que viven sin Dios y sin esperanza en este mundo. Si esto no ocurre, su cristianismo es infiel. El anuncio fiel del evangelio se debe dar más por relación que por confrontación

¿Entonces, qué debemos hacer?
Si creemos que Dios se ha revelado de muchas maneras y en especial a través de Jesucristo, debemos afianzar nuestra convicción en él. Debemos dar testimonio de nuestra fe en él con nuestras palabras y con nuestra vida. ¿Cree que Jesucristo existió como persona en la historia humana? ¿Es confiable el testimonio-mensaje de los primeros predicadores cristianos? ¡El evangelio no solo tiene poder transformador, sino un mensaje de esperanza! ¡Pero no podemos ser testigos verdaderos de lo que no hemos experimentado! ¡Es necesario el encuentro personal con Jesucristo!

Cristo mandó a sus primeros seguidores que hicieran discípulos y ellos obedecieron esta orden. Debemos proclamar que Jesús vino en cuerpo humano para dar su vida en sacrificio por nuestros pecados y devolvernos la esperanza. Debemos hacerlo: 1) Para que los no cristianos se conviertan y tengan buena relación con Dios; y 2) para que los que se han desviado del camino sean restaurados a la fe; y 3) para que los fieles sean fortalecidos en la fe. Hoy como ayer, unos necesitan ser transformados, otros ser restaurados y otros necesitan ser confirmados en la fe para asegurarles que están en la verdad. Piense en alguien que formó parte de esta iglesia, pero hoy no está entre nosotros. ¿Qué debe hacer usted?  1) Haga oración por esa persona durante la próxima semana. 2) Regálele algo con un mensaje cristiano. 3) Busque una oportunidad para encontrarse con ella y dialogar un poco sobre la vida. Invítela a tomarse un café en su casa u otro lugar. 4) Háblele de su experiencia personal con Jesucristo y los triunfos que le ha dado. 5) Invítela a participar en la reunión dominical de la iglesia o en un estudio bíblico.
La experiencia de encuentro personal con Jesucristo afecta profundamente las relaciones humanas. ¡Todo cambia con la nueva vida en Cristo! En la iglesia las personas deben gozar de buenas relaciones tanto con Dios como entre ellas mismas. La iglesia es una comunidad terapéutica en la cual se encuentra el verdadero significado de la vida. Reflexione: ¿Qué está ocurriendo en esta iglesia respecto a las buenas relaciones entre los hermanos? ¿Qué pudiera hacer usted para mejorar la convivencia del evangelio en su iglesia? Piense en algún hermano o hermana con el cual le es difícil mantener buena relación. ¿Qué pudiera hacer para mejorar esta situación? Juan afirma que El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.

Una oración comunitaria
Soberano Señor. Te damos gracias por el sacrificio de tu Hijo Jesucristo para el perdón de nuestros pecados. Gracias por darnos la fe para creer en lo que tú has hecho por nosotros y darnos la convicción que tenemos vida eterna. Ahora, danos la fuerza para vivir como tú lo deseas y proclamar con claridad, caridad, convicción y valentía el mensaje que hemos experimentado.  Concédenos la gracia de ser fieles discípulos tuyos, sensibles a las necesidades de nuestro prójimo. Te lo pedimos por los méritos de Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. ¡A Él sea la gloria! Amén

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